jueves, octubre 20, 2005

mientras tanto…

Tras pasar una mañana estupenda, ahora me quedo quieta en la casa. El aire me abruma demasiado y la mezcla de tantos olores, en ocasiones hace que no pueda controlar mi apetito. Caras extrañas todo el tiempo, corren, se acercan y se van; no me da tiempo ni a registradlas en mi mente, todo va tan rápido…

Puedo pensar, pero en ocasiones no puedo expresar.

Me miro, me siento extraña; van cambiando mis rasgos, ya no son los que tenía, ahora se parecen a los de los viandantes de la calle; aquellos que yo no puedo identificar. Mi tez se ha vuelto blanca y solo sobresaltan mis mejillas rosadas.

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Ahora tengo cerveza en mis manos, siempre hay cerveza en mis manos; me miras y tú la acercas a mi; ¿y quién eres?, no hay palabras, no hay expresiones, ni gritos, ni alboroto; tan solo una fría cerveza.
Cierro mis ojos y recuerdo el fondo del vaso, de aquel vaso que contenía pulpa; pulpa de ese licor sin sabor que hace que mi garganta sienta dolor; recuerdo lo que me haces sentir, dolor; tú eres la pulpa, queda y es intensa. Ahora me sumerjo dentro, y noto el olor intenso, me envuelve.

Mis manos están sobre mi cara, intento despejarme y no pensar, ni llorar, ni hacer nada. Solo quiero quedarme quieta, sin sentir, no quiero tener expresión, ni rostro, ni nada que me reconozca.

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